El piloto almeriense quedó encantado con el sensacional ambiente de un rallye fantástico, que arrancó de forma espectacular el jueves por la noche con una extraordinaria ceremonia de salida, un enorme seguimiento mediático y de público, y la guinda que suponía la presencia de dos pilotos de talla mundial, como son Auriol y Kankkunen, junto a los principales protagonistas de los certámenes nacional y canario de rallyes.

Sin embargo, en el aspecto deportivo nada salió bien para Aznar y su equipo en un rallye que ya se les complicaba antes de empezar, debido a la rotura de la marcha atrás en la caja de cambios de su Porsche, problema causado por la avería del selector que habían sufrido la semana anterior en el Villa de Adeje.

Un trompo en un cruce del primer tramo de la corta etapa nocturna del viernes marcaba ya lo que sería la prueba para José Antonio y su copiloto. Sin marcha atrás no podían maniobrar, por lo que perdían mucho tiempo para conseguir reincorporarse a la carretera, saltando una cuneta. Además, la niebla en las dos siguientes especiales de la noche no permitía al piloto almeriense coger un buen ritmo sobre unos tramos totalmente nuevos para él, lo que le relegaba a una retrasada posición de salida para la larga jornada del sábado, que tenía que encarar desde el puesto 23 de la clasificación general.

Pese a ello, Aznar recuperaba ya cinco posiciones en el tramo inicial de la segunda etapa, en lo que parecía el anticipo de una remontada que, desafortunadamente, se truncaba en la siguiente especial cuando un nuevo trompo dejaba el Porsche practicamente encajado entre el guardarail y un muro, haciendo muy complicado retomar la carrera a causa de no poder usar la marcha atrás. El pundonor de piloto y copiloto les hacía no rendirse, y a base de empujar el coche, lo que le producía a José Antonio un lesión en una costilla, conseguían volver a situarlo en posición de continuar, aunque fuese a costa de perder todo lo ganado en el tramo anterior, bajando al puesto 22 de la clasificación.

Con las dos siguientes especiales neutralizadas, Aznar perdía además la ocasión de volver a recuperar posiciones en dos tramos en los que contaba con remontar en la tabla. Un buen crono en el siguiente en el que podía competir, el tc7, en el que terminaba a un paso de los diez mejores, metía al almeriense otra vez entre los veinte primeros, pero una espesa niebla cubría el que venía a continuación, el siempre complicado Valleseco. Con una visibilidad prácticamente nula en buena parte de la especial, José Antonio no podía evitar un toque en una curva que dañaba el frontal de su Porsche, rompiendo el radiador. Aunque lograba llegar a la meta del tramo, la avería hacía imposible seguir y le obligaba a abandonar en lo que no era sino la culminación de los problemas sufridos en un rallye que se había puesto cuesta arriba desde el principio y que, finalmente, acababa por obligar a rendirse al piloto almeriense y su equipo pese a haber hecho todo lo posible por completar una prueba que ha resultado de extraordinaria dureza, con numerosas bajas por accidente y avería entre los principales aspirantes a la victoria.