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26/03/19 RALLYE SIERRA MORENA

Una muy arbitraria aplicación de las normativas dejó sin opciones de victoria en el campeonato de Andalucía a Aznar y Galán.

La doble puntuabilidad del Rallye Sierra Morena para el Campeonato de España de Rallyes de Asfalto (CERA) y para el Campeonato de Andalucía de rallyes, con diferente número de tramos valederos para la clasificación de ambos, y, sobre todo, el modo absolutamente injusto y arbitrario en que se aplicaron las normas por parte de la federación andaluza y los comisarios deportivos de la prueba, acabó por causar un importante perjuicio a José Antonio Aznar, su copiloto, José Crisanto Galán, y todo su equipo, que pasaron de ser claros líderes en el certamen regional a verse apeados de la competición por una avería en uno de los tramos del nacional que no contaba a efectos del campeonato andaluz.

Todo sucedió en la primera jornada de competición, la del viernes, con dos bucles de dos especiales, de los que sólo los tiempos del primero, con las pasadas iniciales a los tramos de Cerrotrigo y Villaviciosa, se computaban para la clasificación del Campeonato de Andalucía mientras que el segundo paso por ambos era valedero para el nacional pero no para el regional. Aznar y Galán fueron los más rápidos de todos los participantes del certamen andaluz en las dos primeras especiales, lo que les situó con una clara ventaja de 25 segundos al frente de la tabla en lo que era ya el final, a efectos competitivos, de la primera etapa del rallye del regional. Además, el magnífico ritmo del almeriense al volante de su Porsche, con un octavo mejor tiempo absoluto del Campeonato de España en el segundo tramo, le permitía meterse entre los diez primeros del nacional, peleando de tú a tú con los pilotos de los efectivos R5 y N5 de tracción total y superando a un buen número de ellos.

En la tercera especial, Aznar mantenía la décima posición del campeonato de España, y se aprestaba a tomar la salida en la última cronometrada del día cuando esta se retrasaba, hasta el punto de que todo parecía indicar que debería ser neutralizada definitivamente por cuestiones de seguridad, dado el tiempo que transcurría con los coches esperando a salir sin que se produjese su comienzo. Sin embargo, en una sorprendente decisión muy alejada del espíritu de la norma para estos casos, el tramo se disputaba finalmente con un importante retraso y el consiguiente riesgo para los participantes, que llevaban alrededor de media hora aguardando, con sus neumáticos ya fríos, y mientras numerosos espectadores retornaban a la salida por los márgenes de la carretera al pensar que no se iba a disputar. A esos inconvenientes se unía poco después para Aznar y Galán la rotura en el transcurso del tramo de la correa auxiliar del motor del Porsche. La avería les obligaba a detenerse cerca de meta, terminando el recorrido a ritmo lento, una vez completado el paso del resto de participantes, para no perjudicar a ninguno de ellos. A efectos del nacional, el tiempo perdido era irrecuperable, pero no influía en absoluto en la clasificación del campeonato de Andalucía, ya que este tramo, y el anterior, no contaban para su clasificación.

Sin embargo, la injusta decisión de que los equipos andaluces inscritos en el campeonato de España tuviesen que acogerse sólo a la normativa del nacional, significaba que Aznar y Galán estaban fuera de carrera en ambos certámenes aunque hubiesen completado en cabeza el recorrido correspondiente al andaluz y retornado a la asistencia de final de jornada por sus propios medios. Una decisión basada en una circular publicada poco antes del inicio del rallye, con las inscripciones ya cerradas y sin la opción, por tanto, de poder elegir a que campeonato quería optar cada equipo andaluz que ya se había apuntado al rallye nacional en las semanas previas, como era el caso del formado por el piloto almeriense y su copiloto.

En conjunto, un desenlace muy decepcionante y que deja muy mal sabor de boca al piloto almeriense y todos los miembros de su equipo, ya que, a su entender, las normas se han aplicado de forma cuando menos arbitraria e inconsistente, perjudicando de forma especial a los participantes que, como ellos, optaban a puntuar en los dos certámenes. El hecho de que participar en el rallye del Campeonato de España implique recorrer más kilómetros, con el consiguiente riesgo de que un problema en un tramo del nacional que no cuenta para el andaluz acabe significando también el abandono en el rallye regional, pese a haber realizado ya su recorrido y poder continuar con el restante al día siguiente, es todo un absurdo, agravado además por el hecho de que, en el caso de haberse aplicado de forma tan estricta todas las normas, la última especial del viernes, en la que se produjo la avería del Porsche de Aznar, no debería haberse disputado siquiera.

De todas formas, aún con el disgusto por todo lo ocurrido, a Aznar y Galán les queda la satisfacción de haber demostrado una vez más su rapidez, dominando con holgura la clasificación del campeonato de Andalucía en el inicio del rallye y rodando en tiempos de primer nivel en el nacional que, a la vista del resultado final de la prueba, les hubieran permitido estar en la pelea por un puesto entre los cinco mejores de la general del Campeonato de España.